DEVOCIONAL DIARIO
Santiago 1.26-27.
Para cerrar el análisis del capítulo 1 de Santiago, nos encontramos con un tema muy desafiante: la religión versus la práctica de la religión; es en lo que más fallamos, nos decimos cristianos, pero no vivimos como Cristo enseñó a vivir. Es más fácil ser religioso y cumplir normas como sacrificios, o ir a la iglesia, o no comer o tal comida y alardear de ser fieles y vigilar a quienes están a mi alrededor que vivan como vivo, eso es más fácil, condenar al que no hace lo que mi religión dice o sentir que mi religión es la verdadera y única que salva. Pero vivir los principios básicos del cristianismo, como controlar la lengua, ayudar al necesitado, velar por los pobres, liberar a los oprimidos, no cometer adulterio, no envidiar, no robar, no matar amar a Dios, no tener otros dioses, eso es muy difícil. Hay pecados modernos que son muy comunes en vida de los cristianos, malos trabajadores, tratan de robar en sus empresas, llegan tarde al trabajo, hablan mal de sus compañeros con el fin de lograr un ascenso, son buenos “serruchos”, veneran a sus dioses modernos como el dinero, el celular, y podría seguir con la lista. Tratan de mostrar que son más santos que otras personas. Tengamos cuidado con la doble moral, según la Biblia o eres o no eres un cristiano, y tus hechos, la forma en que te comportas, es la que realmente dice si lo eres.