DEVOCIONAL DIARIO
Santiago 2.1-4.
Entramos al capítulo 2 y el tema se vuelve más difícil, llama la atención de cómo hacemos discriminación aun dentro de las iglesias. Hoy, muchos cristianos han dejado de asistir a la iglesia porque ven una diferencia en el trato, si llega un rico con un hermoso carro, es bienvenido, le dan los mejores lugares en la iglesia, lo presentan, y toda la pleitesía que es posible darle; en cambio, si la persona llega caminando, su ropa no es de marca, se ve como una persona sencilla, con costo alguien le habla. Eso no pasa en todo lado, pero si pasa. Haga usted la prueba, lamentablemente si sucede y la Biblia me manda que no puedo hacer ese tipo de discriminación. Cuando Jesús estuvo en la tierra siempre atendió al pobre, al necesitado, ellos fueron su prioridad, el indefenso, las mujeres que eran despreciadas y maltratadas; Jesús nunca le dio una prioridad a un rico, solo por ser rico, hay varios ejemplos en la vida de Jesús, tenemos a la mujer que padecía derrames de sangre, Jesús iba camino a sanar a la hija de una persona rica, pero Jesús se detuvo por esta mujer, perdiendo el tiempo desde la perspectiva del rico, como se habrá sentido aquel hombre rico, cuando le dijeron ya murió tu hija, pero Jesús le dice, no tengas temor también tengo poder para ti. Otros ejemplos, parábola del rico y Lázaro, la parábola del hombre rico que acumulaba el grano y se dijo a si mismo que se pensionaria; Jesús relata que ese mismo día iba a morir ese hombre. Pues si Jesús, nuestro ejemplo a seguir, hizo eso y lo enseño, porque los cristianos hoy, nos cuesta tanto vivir esto.