DEVOCIONAL DIARIO
Santiago 4. 5-10.
Recordemos que, al aceptar sacrificio de Jesús en la cruz el Espíritu de Dios viene a vivir en nosotros y empieza una tarea de limpieza y remodelación de nuestra alma; es una decisión personal, donde le damos permiso a Dios y reconocemos que le necesitamos para vivir y disfrutar la vida; por eso Santiago recomienda que sometamos nuestra vida entera a Dios, de esa forma el enemigo huirá de nosotros, pero también dice que Dios mismo, su Espíritu no resiste a los soberbios, a aquellos que en lo íntimo de su corazón creen que el mundo no gira sin ellos y todos los demás son basura, discriminan y tratan como inferiores a su prójimo. Usted o yo podemos parecer muy humildes, pero dentro de nosotros está el Espíritu de Dios que, si sabe lo que somos, por eso nos envía circunstancias que saca a la luz lo feo que hay en nosotros para que renunciemos a esas prácticas y dejemos que el Espíritu de Dios haga lo que el desea hacer. Vean que aquí, resistir al Diablo no es una guerra espiritual, o que somos víctimas del enemigo, es que las pruebas sacan a la luz “de qué materia somos hechos por dentro”, nos deja ver como en el espejo cuando todavía hay pensamientos, valores, creencias que dominan y van contra el ser un verdadero seguidor de Jesucristo.