DEVOCIONAL DIARIO
Santiago 4. 11-12.
Este bloque es corto, pero apunta un mal muy frecuente entre seres humanos, juzgar a los demás, hablar mal del prójimo es juzgar al prójimo. Eso ya lo analizamos juntos antes. Pero aquí Santiago nos recuerda que cuando juzgamos nos ponemos en una posición superior a la ley de Dios, en otras palabras, nos ponemos en una posición superior a Dios. Quien somos tu y yo para decir quien está bien o mal ante Dios si estamos en la misma condición, todos vamos creciendo y aprendiendo a ser verdaderos cristianos. Nosotros no podemos salvar o condenar a nadie, no tenemos ese poder, el único que puede hacerlo es Dios. Entendamos nuestra posición, ni siquiera podemos juzgarnos a nosotros mismos porque como dice en Jeremías 17: “Engañoso es el corazón del ser humano y perverso, ¿quién lo conocerá?” por esto no podemos juzgar por lo que vemos, y en los evangelios dice con claridad, refiriéndose a los momentos en que los sacerdotes llegaban a probarlo con juicios sobre quién hace o respeta la ley, que Jesús conocía su corazón. Que tu compromiso sea dejar de juzgar a la luz, de tus métricas espirituales imperfectas a tu prójimo, porque solo Dios es perfecto.