DEVOCIONAL DIARIO

Ezequiel 3.16-21.

Uno de los pasajes de la Biblia que no podemos borrar, es la responsabilidad del cristiano de llevar la advertencia de Dios, esta advertencia es para todos, para el que está fuera de la iglesia y para el que está en la iglesia. Para el que está fuera es la invitación a cambiar su vida, para el que está dentro es que no se desvíe del camino correcto, establecido por la Palabra de Dios y que permanezca firme hasta el fin, como el mensaje a las siete iglesias en el Apocalipsis: “Pero el que permanezca hasta el fin ése será salvo”.  Todo aquel que un día decidió seguir a Cristo hizo el compromiso de invitar a todo aquel que encuentra en el camino de la vida, a seguir a Cristo; como lo dijo Jesús: “Vayan y hagan discípulos, enseñándoles que guarden todo lo que les he mandado…” Mateo 28.19-20. El mensaje es el mismo que recibe el profeta, cada uno de nosotros debe compartir las palabras de Cristo, las palabras de Dios. Si eso es lo que compartes, Dios no te reclamará por la pérdida de tu vecino, sea este seguidor de Cristo o no. Si lo que compartes son tus ideas de lo que dice la Biblia, Dios te reclamará por su vida. Debo aclarar este pasaje; no me dice que me debo dedicar a un proselitismo sin sentido, mi dedicación es presentar a Cristo en mi vida, vivir con justicia, hacer lo correcto ante Dios y la gente que me rodea o sea mi prójimo y con respeto compartir con ellos las Palabras de Dios, no las mías, ni mis ideas, sino las de Dios. Regala una Biblia, un Nuevo Testamento o una pequeña porción de la Biblia y ora por tus amigos, compañeros de trabajo o colegio, pero a la vez vive el mensaje de la Biblia, una cosa sin la otra no tiene efecto alguno y Dios te demandará tu responsabilidad.