DEVOCIONAL DIARIO

Ezequiel 4.13-16.
Una característica del libro de Ezequiel es la cantidad de acciones simbólicas que son parte del mensaje profético, en el capitulo 4 se registra el primer mensaje dirigido al pueblo de Israel, advirtiéndoles que la ciudad iba a ser destruida. La ciudad de Jerusalén no había sido conquistada, por extranjeros desde que David la conquisto y la hizo la capital del reino, el pueblo tenía mas de tres siglos, casi cuatro de vivír tranquilo, protegido por sus murallas, se sentía seguro; además el Templo con toda su belleza, riqueza y esplendor, era el símbolo de la presencia de Dios en medio de ellos, por lo tanto, se sentían seguros espiritual y físicamente hablando. El pueblo había olvidado lo mas importante, había un pacto. Que debía honrarse, pero ellos se habían olvidado de sus mandatos, adoraban a Dios, pero no lo respetaban, adoraban el lugar de reunión, pero no al Dios que vivía dentro del Templo y desde hacía muchos años Dios ya no vivía ahí, les había enviado profetas advirtiéndoles, pero viendo el Templo y la ciudad tan hermosa, ellos se sentían seguros y seguían en su estilo de vida.  Dios le pide a Ezequiel que haga una maqueta de la ciudad, mostrando la ciudad sitiada, es decir rodeada por el enemigo. La profecía incluía una representación teatral, el profeta debía dormir amarrado sobre uno de sus costados, durante ese periodo debía comer comida contaminada religiosamente, y muy racionada; representando de esa forma la dureza del tiempo que se avecinaba y que ya era una decisión de Dios. El profeta, le recuerda a Dios que él como persona se ha guardado de comer comida impura. El profeta debe describir en su profecía que no solo será tener que salir de su lugar de confort, sino que sus creencias serían desafiadas, deberían comer comida impura, pasar hambre y dolor, y que no podrían escapar por sí mismos, porque era Dios mismo quien enviaba el asedio por la indolencia de ellos. Ezequiel nos enseña como Dios es tan amoroso, que advierte de muchas maneras las consecuencias de nuestros actos y espera pacientemente que cambiemos; pero al final por ser un Dios Justo y Santo, tiene que actuar en santidad para que salga a la luz lo impuro.