DEVOCIONAL DIARIO

Ezequiel 7.20-22.
El profeta continúa describiendo el horror que será lo que viene, en estos versículos se refiere al templo, su lugar íntimo, Su Casa, la Casa de Dios; por causa del pecado del pueblo, la intimidad de Dios será violentada. La plata,el oro, la abundancia no valdrá nada en ese momento y Dios le dice al pueblo que por toda esa abundancia convirtieron en soberbia todo ese esplendor, Dios mismo se los había dado, pero ellos creyeron que lo habían logrado por si mismos; cuando eso sucede nuestro corazón se llena de soberbia y convertimos en ídolo lo alcanzado.  Hoy la santidad de Dios es profanada por culpa nuestra, como cristianos no nos comportamos como Dios manda y eso produce que quienes no conocen a Dios, profanen su nombre. Se ha perdido el respeto a Dios por causa nuestra, porque hemos caído en la idolatría de la opulencia, de la autosatisfacción, donde lo más importante es nuestro ego; olvidándonos de donde nos sacó el Señor. Hoy tener es más importante que obedecer, eso nos hace iguales al pueblo de Israel que fácilmente terminó violando la intimidad de Dios, al no ser fieles y obedientes a sus mandatos, el pueblo que olvidó quién les había elegido para anunciar la luz a las naciones, trayendo con sus actos completa oscuridad a las naciones.