DEVOCIONAL DIARIO
Ezequie 20. 5-9.
Estamos llegando casi al final de la predicación de Ezequiel antes de la caída final de Jerusalén. Este capítulo es uno de los más conmovedores de la relación entre Israel y Dios. Aunque la historia de Israel es un conjunto de infidelidades, igual que la relación de cualquier otro ser humano con Dios; pero Dios se recuerda a si mismo en forma constante y a pueblo, que hicieron un pacto; pero Dios se empeña en ser fiel al pacto que ha hecho, aunque seamos infieles. Constantemente, en la Biblia, los mensajes nos traen al Éxodo, a la salida de Egipto, al momento en que Dios decide escoger a Israel, la defiende y se da a conocer a ellos, para que ellos lo amen y lo conozcan. En Deuteronomio 10.12 dice: “Y ahora, israelitas, ¿qué pide de ustedes el Señor su Dios? Solamente que lo honren y sigan todos sus caminos; que lo amen y lo adoren con todo su corazón y con toda su alma”. Dios los escoge, los salva, los liberta, les enseña a vivir, les enseña a formar una nación, sólo tenían que dejar de pensar en el pasado, dejar los actos del pasado y los dioses del pasado. Igual hoy, Dios nos saca de donde estamos, la mayoría de las veces de un camino de destrucción, nos salva, nos limpia, nos viste de fiesta, pero nos quedamos anclados en el pasado. Israel, hoy también la iglesia, solo tienen una responsabilidad en ese pacto, obedecerle, de esa formar, Honrar su Nombre ante las naciones. Olvida el pasado, olvida lo que fue importante para ti en el pasado, y siguele con amor.