DEVOCIONAL DIARIO
Ezequiel 37.1-5.
Esta es una de las profecías interesantes de la Biblia, el profeta es llevado a un valle cubierto por todos los huesos de un ejército que perdió la batalla, así se sentía el pueblo de Israel fuera de su tierra, fracasados, sin aliento, sin esperanza. Lo interesante es lo que da vida a los huesos secos, es “La Palabra del Señor”, es la Palabra del Señor lo que hará revivir a su pueblo que parece huesos secos después de una gran batalla. La Palabra de Dios se volverá la fuerza vivificante que dará vida a lo que está seco y desahuciado, la Palabra de Dios es la que sopla el aliento de vida y hace que cobren vida, ese espíritu vital, que viene solamente de Dios penetra lo más profundo de los cuerpos inertes para darles vida. El aliento de vida, que sopla el Señor sobre cada ser humano, en esta profecía de Ezequiel viene a nosotros por el orden de Su Palabra. No se está refiriendo en ningún momento a la resurrección de los muertos, la profecía describe como la muerte la condición de lejanía de Dios que el pueblo sufre, y la promesa es que por la acción vivificadora de su Palabra habrá vida. “…pondré mi espíritu en ustedes y volverán a vivir” Ezequiel 37.14