DEVOCIONAL DIARIO

Salmo 17.
Es una súplica individual muy parecida al Salmo 7. El autor pide a Dios que juzgue una situación, confía más en la justicia de Dios que en la justicia de seres humanos.

Nos recuerda que Dios conoce los pensamientos más profundos, las intenciones del corazón; el autor no tiene miedo ante el juicio de Dios, porque Él sabe todas las cosas, lo que muestra una firme confianza en Dios y un corazón limpio. El Salmo nos enseña a creer que Dios contesta las oraciones, a buscar protección en Dios cuando te persiguen o te hacen daño, sea en el trabajo o en la comunidad, Dios te protege si tus intenciones y tus pensamientos han sido transparentes ante Dios si has actuado con un corazón limpio.

El autor usa una metáfora de protección, que incluso Jesús la usa orando por la ciudad de Jerusalén dice , “Oh Jerusalén, Jerusalén, Muchas veces quise protegerlos, cómo protege la gallina a sus pollitos debajo de sus alas, pero ustedes no me dejaron.” Mateo 23.37. La verdad es que Dios siempre quiere protegernos, pero nosotros nos salimos de SU protección, corriendo un peligro mayor.

El orante le pide a Dios que lo libre del malvado, aunque este crezca y se haga poderoso, aunque los hijos y los nietos de los malvados se les vea prosperar. Quien hace la oración, cierra el salmo con una declaración de fe que nos da una lección, al que cree en Dios, le bastará con mirarle cara a cara cuando despierte a su presencia, eso vale más que el éxito material en esta tierra.