DEVOCIONAL DIARIO

Salmo 30. 6-10

Las siguiente dos estrofas, nos dejan vislumbrar algo de lo sucedido, el orante se sentía protegido por Dios, le tenía sobre una roca, en un lugar seguro, pero Dios lo dejó, no especifica porque le dejó, o si le alguna situación y la enfermedad le hizo sentir que Dios le dejó. Entonces tiene una crisis de fé, se siente solo y confundido, se llena de miedo.

El paso por esta vida, sin Dios, nos genera esos sentimientos, soledad, confusión, dolor, desprotección, desesperanza; si tú estimado o estimada lectora se sienten en esa forma, este salmo nos da la solución, clamar, suplicar a Dios. Hay una promesa que no debemos olvidar,

«Antes que ellos me llamen,

yo les responderé;

antes que terminen de hablar,

yo los escucharé.» Isaías 65.24

Dios está listo para escuchar, no ocupas negociar con él para que te escuche, en el momento que tu corazón decide acudir a Dios, Él está disponible. El orante del salmo argumenta ante Dios, de que le sirve a Dios que uno se muera, al morir terminan las oportunidades de adorar a Dios y de buscar la ayuda de Dios, hoy es el día para volver a Dios, no hay maldad tan grande comparado con su amor, no hay error tan grave comparado con su misericordia, no hay falta tan dura comparada con su bondad, cada uno decide.