DEVOCIONAL DIARIO
Salmo 49. 1-12
Es un salmo sapiencial o didáctico, que pretende dejar una lección de vida. En este caso la lección es que todos somos iguales ante la muerte, cuando llega el momento de morir no nos llevaremos nada de todo aquello en lo que invertimos la vida.
Ricos, pobres, nobles, obreros, hombres o animales, sabios e ignorantes, todos enfrentaremos el momento de morir y no nos llevamos nada, lo que realmente atesoras es como disfrutas la vida en tanto la vives, ni siquiera puedes salvar la vida a tu hermano, porque la vida tiene un alto precio y nadie puede pagar él. Esta parte del salmo nos invita a reflexionar qué es lo que admiramos de otros, sus casas, sus tierras, su éxito, sus carros, según este salmo todo eso desaparecerá.
Vemos a los grandes jugadores de fútbol, a los millonarios con casas opulentas colecciones de carros y casas, pero qué pasará cuando ellos sean viejos, si llegan a viejos; que pasará cuando ya no sean famosos, que pasará cuando mueran. Los medios de comunicación nos llenan de información sobre el estilo de vida de estos ricos y famosos, lo presentan como algo digno de desear, pero este salmo nos trae los pies a la tierra, al igual que tu y yo morirán y en qué quedará todo lo que hicieron, posiblemente en el olvido.
En contraposición la Biblia nos invita a hacer una conjunción entre la línea de la vida y cómo la vivimos y la vida espiritual, ambas de unirán en un momento dado y eso hará la diferencia.