DEVOCIONAL DIARIO

Salmo 40. 6-10

Estas dos estrofas empiezan con una afirmación que nos reta, no hay sacrificio hecho por seres humanos suficiente para satisfacer las demandas de Dios, únicamente Cristo y un corazón arrepentido, quebrantado delante de Dios.

En las primeras dos estrofas estudiadas ayer se describe el resultado de confiar en Dios: nos escucha, nos saca de las situación que sea, nos da un éxito, nos da aliento y nos permite ver sus maravillas. Ahora nos recuerda no es sólo recibir beneficios de Dios, es necesario obedecer a Dios, es llevar en el corazón la enseñanza de Dios, para que Él rija tu vida.

El recibir constantes bendiciones de Dios y dejar que sus enseñanzas marquen mi vida lleva a un resultado más, es no parar de hablar de su grandeza, de sus hechos amorosos, de su misericordia. Es imposible ocultar la verdad en medio de quienes te rodeen. Quien ama a Dios quiere proclamarlo a los cuatro vientos, quiere que todos conozcan su grandeza y su misericordia, que sea conocida su justicia.

En resumen estas dos estrofas nos enseñan que no hay sacrificio que sustituya la obediencia a Dios, la obediencia viene de guardar en el corazón sus enseñanzas, es decir su palabra y ambas cosas me hacen proclamarle por todo lado.