Sociedad Bíblica Peruana

ESPERANZA EN SU SEGUNDA VENIDA

Bible text(s)

Saludo

1Pablo, Silvano y Timoteo, nos dirigimos a la iglesia de los tesalonicenses en Dios el Padre y en el Señor Jesucristo. Reciban ustedes gracia y paz.

Ejemplo de los tesalonicenses

2Siempre damos gracias a Dios por todos ustedes, y los tenemos presentes en nuestras oraciones.

3Constantemente los recordamos delante de nuestro Dios y Padre por sus actos de fe; por su trabajo, que es fruto de su amor, y por su sufrida esperanza en nuestro Señor Jesucristo.

4Hermanos amados de Dios, sabemos que él los ha escogido,

5pues nuestro evangelio no llegó a ustedes solamente en palabras, sino también en poder, en el Espíritu Santo y con plena convicción. Ustedes bien saben que, cuando estuvimos entre ustedes, siempre buscamos su propio bien.

6Ustedes recibieron la palabra con gozo del Espíritu Santo, aun en medio de muchos sufrimientos, y llegaron a ser imitadores de nosotros y del Señor,

7con lo que llegaron a ser un ejemplo para todos los creyentes de Macedonia y de Acaya.

8Con ustedes como punto de partida, la palabra del Señor ha sido divulgada, y no solo en Macedonia y Acaya, sino también en muchos otros lugares donde se sabe de la fe que ustedes tienen en Dios. Ya no es necesario que nosotros digamos nada,

9porque ellos mismos hablan de lo bien que ustedes nos recibieron, y cómo se apartaron de los ídolos y se volvieron al Dios vivo y verdadero, para servirlo

10y esperar de los cielos a Jesús, su Hijo, a quien Dios resucitó de los muertos, y que es quien nos libra de la ira venidera.

1 Tesalonicenses 1:1-10RVRCAbrir en el lector de la Biblia
El Rey justo

1¡Miren! Va a surgir un rey que hará justicia, y los príncipes presidirán en el juicio.

2Ese hombre será como un refugio contra el viento, como un albergue contra el turbión; como los arroyos en tierras áridas; como la sombra de un gran peñasco en tierra calurosa.

3No se ofuscarán los ojos de los que ven; los oídos de los que oyen escucharán con atención.

4El corazón de los necios captará el conocimiento, y la lengua de los tartamudos hablará con claridad y rapidez.

5Nunca más el ruin será llamado generoso, ni el tramposo será llamado espléndido.

6Porque el ruin hablará ruindades, y su corazón maquinará iniquidades, para cometer impiedad y para proferir blasfemias contra el Señor; a los hambrientos los dejará ir con hambre, y a los sedientos no les calmará la sed.

7El tramposo usa armas de maldad; trama planes inicuos, enreda a los ingenuos con palabras mentirosas, y en el juicio habla en contra del pobre.

8Pero el generoso piensa en ser generoso, y por su generosidad será exaltado.

Retorno del remanente

1«¡Ay de los pastores que destruyen y dispersan a las ovejas de mi rebaño!»

—Palabra del Señor.

2Por tanto, así ha dicho el Señor y Dios de Israel a los pastores que apacientan a su pueblo:

«Ustedes dispersaron a mis ovejas. No se hicieron cargo de ellas, sino que las espantaron. Por eso ahora voy a hacerme cargo de ustedes y de sus malas obras.

—Palabra del Señor.

3»Yo mismo reuniré al resto de mis ovejas. Las haré venir de todos los países por los que las esparcí, para devolverlas a sus apriscos. Allí se reproducirán y se multiplicarán.

4A cargo de ellas pondré pastores que las cuiden y alimenten, y nunca más volverán a tener miedo ni a asustarse, y ninguna de ellas se perderá.

—Palabra del Señor.

5»Vienen días en que haré que un descendiente de David surja como rey. Y será un rey justo, que practicará la justicia y el derecho en la tierra.

—Palabra del Señor.

6»Durante su reinado, Judá estará a salvo, e Israel podrá vivir confiado. Y ese rey será conocido por este nombre: “El Señor es nuestra justicia.”

7»Por lo tanto, vienen días en que no volverá a decirse: “Viva el Señor, que sacó de la tierra de Egipto a los hijos de Israel”

—Palabra del Señor

8»sino que se dirá: “Viva el Señor, que sacó de la tierra del norte a los descendientes de la casa de Israel, y los trajo de todos los países por donde los había dispersado, para que habiten en su propia tierra.”»

Jeremías 23:1-8RVRCAbrir en el lector de la Biblia
Enseñanza de la sana doctrina

1Pero tú habla de lo que vaya de acuerdo con la sana doctrina.

2Que los ancianos sean sobrios, serios, prudentes, sanos en la fe, en el amor y en la paciencia.

3Asimismo, las ancianas deben ser reverentes en su porte y maestras del bien, no calumniadoras ni esclavas del vino;

4deben enseñar a las mujeres más jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos,

5a ser prudentes, castas, cuidadosas de su casa, buenas y sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada.

6Exhorta asimismo a los jóvenes a que sean prudentes;

7preséntate tú mismo en todo como ejemplo de buenas obras y muestra en la enseñanza integridad y seriedad,

8con palabras sanas e irreprochables, de modo que el adversario se avergüence y no tenga nada malo que decir de ustedes.

9Exhorta a los siervos a que se sujeten a sus amos y a que les agraden en todo; que no sean respondones

10ni los defrauden, sino que se muestren fieles en todo, para que en todo engalanen la doctrina de Dios, nuestro Salvador.

11Porque la gracia de Dios se ha manifestado para la salvación de todos los hombres,

12y nos enseña que debemos renunciar a la impiedad y a los deseos mundanos, y vivir en esta época de manera sobria, justa y piadosa,

13mientras aguardamos la bendita esperanza y la gloriosa manifestación de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo,

14quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras.

15Habla de estas cosas, y exhorta y reprende con toda autoridad. Que nadie te menosprecie.

Saludo

1Yo, Pablo, llamado a ser apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y el hermano Sóstenes,

2saludamos a la iglesia de Dios que está en Corinto, a los que han sido santificados en Cristo Jesús y llamados a ser santos, junto con todos los que en todas partes invocan el nombre del Señor Jesucristo, Señor suyo y nuestro.

3Que la gracia y la paz de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo sean con ustedes.

Acción de gracias por los dones espirituales

4Siempre doy gracias a mi Dios por ustedes y por la gracia que él les ha dado en Cristo Jesús.

5Porque en él ustedes fueron enriquecidos en todas las cosas, tanto en palabra como en conocimiento.

6Así se ha confirmado en ustedes el testimonio acerca de Cristo,

7de tal manera que nada les falta en ningún don, mientras esperan la manifestación de nuestro Señor Jesucristo,

8el cual también los confirmará hasta el fin, para que sean irreprensibles en el día de nuestro Señor Jesucristo.

9Fiel es Dios, quien los ha llamado a tener comunión con su Hijo Jesucristo, nuestro Señor.

¿Está dividido Cristo?

10Hermanos, les ruego por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que se pongan de acuerdo y que no haya divisiones entre ustedes, sino que estén perfectamente unidos en un mismo sentir y en un mismo parecer.

11Digo esto, hermanos míos, porque los de Cloé me han informado que entre ustedes hay contiendas.

12Quiero decir, que algunos de ustedes dicen: «Yo soy de Pablo»; otros, «yo soy de Apolos»; otros, «yo soy de Cefas»; y aun otros, «yo soy de Cristo».

13¿Acaso Cristo está dividido? ¿Acaso Pablo fue crucificado por ustedes? ¿O fueron ustedes bautizados en el nombre de Pablo?

14Doy gracias a Dios de que no he bautizado a ninguno de ustedes, excepto a Crispo, y a Gayo,

15para que ninguno de ustedes diga que fueron bautizados en mi nombre.

16También bauticé a la familia de Estéfanas. Pero no sé si he bautizado a algún otro,

17pues Cristo no me envió a bautizar, sino a predicar el evangelio, y esto, no con palabras elocuentes, para que la cruz de Cristo no perdiera su valor.

Cristo, poder y sabiduría de Dios

18El mensaje de la cruz es ciertamente una locura para los que se pierden, pero para los que se salvan, es decir, para nosotros, es poder de Dios.

19Pues está escrito:

«Destruiré la sabiduría de los sabios,

y desecharé la inteligencia de los inteligentes.»

20¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el que escudriña estos tiempos? ¿Acaso no ha hecho Dios que enloquezca la sabiduría de este mundo?

21Porque Dios no permitió que el mundo lo conociera mediante la sabiduría, sino que dispuso salvar a los creyentes por la locura de la predicación.

22Los judíos piden señales, y los griegos van tras la sabiduría,

23pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, que para los judíos es ciertamente un tropezadero, y para los no judíos una locura,

24pero para los llamados, tanto judíos como griegos, Cristo es poder de Dios, y sabiduría de Dios.

25Porque lo insensato de Dios es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres.

26Consideren, hermanos, su llamamiento: No muchos de ustedes son sabios, según los criterios humanos, ni son muchos los poderosos, ni muchos los nobles;

27sino que Dios eligió lo necio del mundo, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo, para avergonzar a lo fuerte.

28También Dios escogió lo vil del mundo y lo menospreciado, y lo que no es, para deshacer lo que es,

29a fin de que nadie pueda jactarse en su presencia.

30Pero gracias a Dios ustedes ahora son de Cristo Jesús, a quien Dios ha constituido como nuestra sabiduría, nuestra justificación, nuestra santificación y nuestra redención,

31para que se cumpla lo que está escrito: «El que se gloría, que se gloríe en el Señor.»

1 Corintios 1:1-31RVRCAbrir en el lector de la Biblia
Reinado universal del Señor

1En los últimos días el monte de la casa del Señor será confirmado como cabeza de los montes y exaltado por encima de las colinas, y a él acudirán los pueblos.

2Muchas naciones vendrán, y dirán: «¡Vengan, subamos al monte del Señor, a la casa del Dios de Jacob! Él nos guiará por sus caminos, y nosotros iremos por sus sendas.» Porque la enseñanza saldrá de Sión; de Jerusalén saldrá la palabra del Señor.

3Y el Señor juzgará entre muchos pueblos, y corregirá a naciones poderosas y lejanas; y estas convertirán sus espadas en azadones y sus lanzas en hoces. Ninguna nación volverá a levantar la espada contra otra nación, ni se entrenarán más para hacer la guerra.

4Cada uno se sentará bajo su vid y a la sombra de su higuera, y no habrá nadie que pueda amedrentarlos. Esto lo ha declarado la boca del Señor de los ejércitos.

5Podrán todos los pueblos andar en el nombre de su dios, pero nosotros ahora y siempre andaremos en el nombre del Señor nuestro Dios.

Israel será redimido del cautiverio

6«Cuando llegue el día, reuniré a las ovejas que cojean con las que se apartaron del camino y con las que afligí;

7con las que cojean haré un remanente, y con las descarriadas haré una nación fuerte. Y desde ahora y para siempre yo reinaré sobre ellos en el monte Sión.»

—Palabra del Señor.

8Y tú, torre del rebaño, fortaleza de la hija de Sión, hasta ti volverá el señorío de antaño, el reino de la hija de Jerusalén.

9Pero dime, ¿por qué gritas tanto? ¿Acaso ya no tienes rey? ¿Acaso esos dolores de parturienta te han venido porque tu consejero ha perecido?

10¡Pues sufre y llora, hija de Sión, con dolores de parturienta, porque ahora vas a salir de la ciudad, y vivirás en el campo, y llegarás hasta Babilonia! Allí serás liberada; allí el Señor te salvará del poder de tus enemigos.

11Muchas naciones se han juntado ahora contra ti, y dicen: «¡Que Sión sea profanada! ¡Que se nos conceda ver eso con nuestros propios ojos!»

12Pero esas naciones no conocen los planes del Señor; no entienden sus designios, ni que él los junta como a manojos de trigo, para trillarlos.

13¡Levántate y tríllalos, hija de Sión! ¡Yo te daré cuernos de hierro y garras de bronce, para que desmenuces a muchos pueblos! Y las riquezas que les arrebates las consagrarás al Señor de toda la tierra.

Miqueas 4:1-1:13RVRCAbrir en el lector de la Biblia

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